domingo, 20 de marzo de 2011

Las personas mueren; las ideas sobreviven.



Yo solo soy un intermediario entre los hechos y las ideas. Trato de ser fiel a ese rol tan importante. A veces, como humano que soy, creo que soy las ideas y las traiciono escondiéndolas o negándole información. Otras veces, creo que soy solo materia y le impongo al mundo mi cuerpo y sus impulsos. Pero el equilibrio se establece gracias a los temblores del ser, allí cuando el día deja de ser “un día” y trasciende “el día”, don el artículo “el” resume la grandiosidad, universalidad e importancia que merece las oxigenaciones de nuestro cuerpo; allí cuando la noche deja de ser penumbra para los ojos que no quieren ver y se convierte en la sabia consejera de las horas del ayer; en las que milenariamente se van recopilando las buenas y malas ideas del ser humano…

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