PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN
1.Selección del tema y formulación del problema
La selección de objetos y temas de estudio no es, desde luego, producto del azar: obedece a cuestiones personales y sociales, a los conocimientos previos y a las inquietudes que en cada época y lugar adquieren predominio en la comunidad científica.
El investigador solo se dedica a estudiar una parte del todo, a concentrar sus esfuerzos en un problema de dimensiones reducidas y que, por tanto, esté en mejores condiciones de solucionar.
Las motivaciones externas (necesidades sociales) que influyen en la selección del tema en la investigación, son sólo una parte de las influencias; el otro elemento decisivo es el propio saber acumulado en un campo determinado del conocimiento, o sea , la lógica interior que de la ciencia que permite extraer nuevas preguntas sobre un tema.
Se recomienda:
- seleccionar un tema bien concreto y accesible (bien delimitado y preciso sobre el que pueda encontrarse suficiente bibliografía y sea factible recoger datos).
- escoger un tema conocido (no superficialmente).
- buscar áreas de trabajo en las que pueda encontrarse con una ayuda efectiva (nunca solitariamente).
- buscar temas de verdadero interés para el estudiante (de lo contrario el tedio hará su trabajo).
Luego viene la etapa de la formulación del problema; a través de una o varias preguntas básicas. La exactitud y claridad de este paso es fundamental si se quiere encontrar respuestas reales. No puede haber interrogantes oscuras e imprecisas. La formulación correcta del problema es alcanzar ya la mitad de su respuesta.
Para formular adecuadamente el problema se sugiere tener en cuenta la siguiente guía:
- conocer lo mejor posible el tema de estudio y construir el marco teórico.
- Realizar un autoexamen de los propósitos que nos orientan.
- Someter nuestras propuestas a un riguroso análisis lógico para vigilar la consistencia interior y su correspondencia con otros elementos teóricos ya conocidos.
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