El día divido en dos
A veces me despierto y trato de entenderte
Difícilmente te muestras como eres;
Pero a la tarde ya te conozco,
Y mañana vuelvo a olvidarte.
¿Es qué la brisa mañanera no trae los recuerdos del ayer?
¿Es qué la vida se va volviendo haragana que no quiere recordar?
¿O es que hay solo unos momentos de luz y muchos de oscuridad?
Claridad que se esconde tras las horas
De un paseo que se hace cotidianamente
Y que parte mi vida en dos vidas
La alegre y la triste.
Vida que nace todas las mañanas
Vida que nace todas las tardes
Vida que muere todas las mañanas
Vida que muere todas las noches
Es el constante morir y vivir que he heredado
Parte del alma del universo.
No sé por qué tuve la suerte
No sé por qué me dividí en dos
No sé por qué río y lloro
Pero si sé que no soy Dios.
Sí sé que quiero saber
Sí sé que quiero volar
Sí sé que puedo amar
Pero no sé hasta dónde llegaré.
Lic. Luis Torres
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¿Arriba o abajo?
Me estoy yendo al techo
Porque he caído de frases coherentes
Y en cuanto al cambio de perspectiva
Sopeso que me distribuirá
A la alimentación polarizada
Del compuesto “yo” verdadero;
Y eso porque hoy te vi
Y me supuse que detrás de tus ojos
Existe otra verdad que no es mía
Que es el misterio que me acercó a vos.
Me estoy tomando el atajo
En este camino de experiencias terrenas,
He buscado en vos la ruina de mi pasado
Y de tan asustado que estuve
Descuidé tu otra mirada
La que me estaba disparando sin apuntar
Y como estoy acá arriba, en mi techo,
En el techo universal de las realidades,
Los pensamientos caen al vacío
Porque son mucho más pesados
Que el propio cuerpo
Y tus miradas balas no me alcanzan
En su búsqueda de muerte enamorada
Y creo que mi caída al techo
No sea más que un toque de fondo
De ese misterio que significa
La oposición terminológica y sustancial
De las representaciones materiales e inmateriales
De nuestros cuerpos,
El tuyo y el mío.
Lic. Luis Torres
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Monólogos electores
A súplicas mis monólogos me piden
Que se conviertan en diálogos
Y a vos te han elegido como interlocutora irrevocable
No hay candidaturas contigo
Tu monopólica administración de los átomos de mi ser
Sume en un riquísimo éxtasis
A mis pesadas controversias humanas
No me das elección
Porque la elección es un acto tuyo
Y hasta la más remota oportunidad
De salirme de tu atracción
Se ve tímida y triste
Como aquel sol
Que se va despidiendo en el horizonte
Y sabe que mañana regresará al mismo lugar
Ayer abandonado.
Lic. Luis Torres
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